Comunidad no tuvo como comprar alimentos, culpan al alcalde Mello Castro
La gente está ´imputá´ con el alcalde Mello Castro. Así en lenguaje sencillo se interpreta el disgusto de la comunidad, su inconformismo y la rabia con el mandatario por el que muchos consideran absurdo toque de queda que durante todo el fin de semana paralizó todas las actividades económicas y comerciales de Valledupar.
Por ello, la gente considera que vivieron una situación atípica cuando miles de habitantes de muchos barrios de Valledupar, por el cierre de la actividad comercial producto del toque de queda decretado por la Administración Municipal, como medida de prevención contra el COVID-19, no pudieron adquirir alimentos. ´Pasamos hambre en estos tres días´., dijeron.
“El sustento de nuestro hogar depende de lo que a diario producimos, abastecernos de alimentos para varios días es imposible por la situación económica que se enfrenta. Ayer necesitábamos comprar alimentos y no había donde, fue una situación lamentable”, dijo Adulfo Quintero Yanez, habitante del barrio San Fernando en Valledupar.
Indicó que si algunos desobedientes no acatan las medidas impuestas por el Gobierno para prevenir el Covid-19, es un tema que deben enfrentar con otras medidas y no cerrando las tiendas de barrios y locales comerciales, que son los que abastecen de alimentos a las familias más vulnerables en el municipio.
Asimismo lo manifestó Oneida Lucía Pedraza, una residente del barrio 25 de Diciembre, quien agregó que la plata de su familia solo alcanzó para abastecerse un día, ayer ni para comprar café se tenían alternativas en la ciudad.
“El toque de queda debería abarcar otros sectores, pero jamás la alimentación. En las tiendas se deben fijar métodos para las ventas y evitar aglomeraciones, pero jamás cerrar sus puertas porque fue catastrófico para nosotros”.
Ante esta situación, se conoció que en algunos barrios de Valledupar a muchos tenderos la misma comunidad les solicitaba les vendieran por una ventanilla, o desde su residencia, ante la necesidad de alimentos que padecían.
Otros se arriesgaban a salir a ver que conseguían y a la vez exhortar a la Alcaldía de Valledupar, a reconsiderar la medida y exceptuar la actividad comercial dedicada al expendio de alimentos.
Sin embargo, la orden era no abrir y así lo cumplieron los tenderos y pequeños comerciantes, quienes a sabiendas de las pérdidas económicas que les estaba ocasionando el toque de queda, cumplieron con la restricción a espera de una flexibilización para los próximos fines de semana.
Ramón Donado, representante del gremio de tenderos, reiteró la necesidad de excluir al comercio de las restricciones durante el confinamiento, por lo que esta semana buscarán la manera de entablar el diálogo con la Administración Municipal para acordar estrategias que beneficien a todos.
Dijo que el día sábado, minutos antes de entrar en vigencia el toque de queda, la gente se aglomeró en las distintas tiendas en busca de alimentos, lo que contradice las intenciones de la medida, y por el contrario, se convirtieron en focos de contagio del virus.
“Pedimos al alcalde Mello Castro, abra un espacio al diálogo con los pequeños comerciantes de la ciudad, son tres fines de semana de grandes pérdidas y de afectaciones a la comunidad”, afirmó Donado.
Hasta ahora, el decreto de toque de queda sigue vigente durante los siguientes dos fines de semana festivos, a excepción del domingo 21 de junio, Día del Padre, que se suspende la medida entre las 6 de la mañana hasta las 4 de la tarde.