Diario del Cesar
Defiende la región

´Virus asesino´ mató al primer médico en Santa Marta 

277

Cada vez aparecen más historias de médicos y enfermeros discriminados en los barrios, en supermercados, en espacios públicos de Santa Marta. Muchos ahora temen que los contagien los mismos héroes que aplauden cada noche. 

Tristeza, dolor y pesar reina en el cuerpo médico de Santa Marta y la comunidad en general, tras la triste noticia del fallecimiento del primer médico en la ciudad a consecuencia del llamado virus asesino. En efecto la primera línea de atención contra el Covid-19 se encuentra de luto luego con la muerte del científico luego de infectarse con Coronavirus.

Se trata del galeno  Enrique Antonio Gamarra Acosta de 63 años de edad,  reconocido médico, quien contaba con una importante trayectoria en distintitas clínicas y EPS de la ciudad y quien lamentablemente se convirtió en la segunda víctima fatal entre los profesionales de la salud de Santa Marta y el Magdalena.

El doctor Enrique Antonio Gamarra  se convirtió en la segunda víctima fatal entre los profesionales de la salud de Santa Marta y el Magdalena.

El doctor Gamarra quien era natural de Barranquilla y desde hace más de 15 años laboraba en Santa Marta, resultó infectado con este virus junto con otro grupo de trabajadores de la salud de la clínica Cehoca tras atender a un paciente asintomático, hecho que pone en evidencia la precaria situación en cuanto a medidas de bioseguridad se refiere con la primera línea de atención para este mortal virus.

En el momento de su deceso el médico general se encontraba recluido en la Unidad de Cuidados Intensivos de la clínica El Prado en Santa Marta, a la espera de una traqueotomía que nunca se logró. Se presume que esta no se llevó a cabo por ausencia de un especialista Otorrinolaringólogo, quien no atendió el caso por ser adulto mayor y el miedo a contagiarse, según lo indicado fuentes extraoficiales.

Este fallecimiento se sumaría al caso de la de la enfermera Alexis Panetta, mujer de 40 años, quien falleció en la ciudad de Santa Marta el pasado 26 de abril, y quien al parecer también habría estado contagiada con el virus.

La enfermera samaria había perdido días antes de su muerte a su esposo, al parecer también contagiado con el coronavirus, pero a quién no se le había practicado la prueba. La pareja dejó dos hijos de 7 y 14 años.

LAS QUEJAS DEL

SECTOR DE SALUD

Tras este triste fallecimiento que hoy no solo enluta a Santa Marta, sino a Colombia entera, profesionales de la salud han expresado su inconformismo frente a las precarias medidas de prevención y de bioseguridad para con el personal a cargo de la primera línea de atención del Covid-19 en la ciudad.

El médico general y docente universitario Jaisan Granados Glen, quien además de lamentar el triste hecho, aseguró que con el fallecimiento de su colega no solo parte un gran médico, si no que a futuro están expuestos a la muerte muchas otras personas a las que Gamarra hubiese podido a través de su profesión salvarles la vida.

“Perdimos un colega, un gran amigo, nos duele y aún más porque no sabemos, el mundo da vueltas, nos duele porque no sabemos sí hoy o mañana podemos ser más los fallecidos. Triste porque es uno menos que le sirve a la sociedad, que dejó de salvar vidas, la muerte de un médico significa a futuro la muerte de muchas personas y es muy triste el abandono de los gobiernos, en este caso tanto el Distrital como el Departamental porque están pensando en otras cosas y haciendo protagonismo que tomando las medidas necesarias”, señaló Jaisan Granados Glen.

Asimismo, con tristeza se refirió al abandono que tanto el gobierno distrital como departamental ha tenido con su personal de salud.

“(…) Da tristeza que estén haciendo el protagonismo, da tristeza que estén haciendo el populismo con el Covid-19, a nosotros que conocemos la verdad y conocemos lo que están haciendo, si sabemos cuáles son las medidas y que sabemos que no se tomaron las medidas de forma preventiva sabiendo que esta enfermedad se venía y era una enfermedad, ahora si salen a correr, hasta querer hacer reuniones con nosotros los médicos ahora cuando ya van más de 45 días y ellos tomando decisiones sentados en los escritorios, porque ellos no son los de primera línea”, indicó el médico general.

Frente a lo anterior también anotó “(…) toman decisiones sin haber consultado con nosotros que es lo que hay que hacer y las medidas que se tienen que tomar para evitar estos decesos negativos que hoy en día lamentamos”, dijo.

Por su parte, la internista Liliana Lozano, también se manifestó y lamentó los hechos ocurrido el día de ayer, “me levanto hoy sábado y me encuentro con esta triste noticia hemos perdido uno de los mejores médicos generales que había en la ciudad, es muy doloroso, es muy frustrante porque sabemos que hoy todavía no tenemos tratamiento efectivo para tratar esta infección en el mundo”, precisó.

En medio de toda la tristeza y el dolor, la internista envió un mensaje a la ciudadanía de Santa Marta a acatar las normas de prevención y de mitigación del Covid-19, asegurando que son la única oportunidad que tiene la comunidad para no caer víctimas de este fatal virus.

El sector de la salud en Santa Marta tiene miedo de no volver a sus casas, de perder la vida, de no poder seguir salvando vidas, de no contar con las medidas adecuadas de protección para sus labores.

“La pandemia está demostrando que es letal, gracias a Dios no han pasado cosas peores. Estas muertes se ven, pero cuántas hay en interrogatorio si es Covid-19 o no. Ahora los gobiernos están comenzando hacer, pero como siempre ya tardé ojalá que lo mantengan en el tiempo porque esto no es de uno o dos meses esto apenas está comenzando a subir”, expresó Granados.

CONTAGIADOS EN

EL MAGDALENA

De acuerdo con el último boletín entregado por parte del Instituto Nacional de Salud, INS, con los datos de Covid-19 en el personal de salud colombiano, se dio a conocer que el Magdalena tiene un total de 62 trabajadores de la salud infectados, lo que representa aproximadamente el 23% de los contagiados en el departamento.

Del total de los contagiados 44 de ellos se registran en la ciudad de santa Marta y 18 más en el departamento del Magdalena.

Asimismo, el boletín indicó que los contagios fueron identificados en 5 centros asistenciales de la ciudad de Santa Marta y otro más en el departamento del Magdalena.

Esta cifra representa el 11,1% de la totalidad de casos en el país. La ciudad está en el cuarto lugar en el ranking de las ciudades con más infecciones de médicos y enfermeras, mientras que el departamento ocupa el quinto lugar.

SIN ELEMENTOS DE

BIOSEGURIDAD

Es válido mencionar que, cuando explotó la ‘bomba’ del alto número del personal de salud contagiados en la ciudad uno de los primeros personas que pidió urgentes garantías y expuso las precarias condiciones de bioseguridad con la que laboran los que están al frente de la primera línea de acción al Covid-19, fue el concejal de Santa Marta, Álvaro Linero, asegurando que el personal clínico que combate el virus en Santa Marta también es vulnerable.

En su momento, el cabildante aseguró que este alto número de contagiados se debe en su gran mayoría a los precarios protocolos de bioseguridad que aplican algunas entidades hospitalarias con el personal que atiende a los posibles casos sospechosos de contagio y al desabastecimiento que existe en canto a los elementos necesarios de bioprotección para quienes están en la “primera línea” de atención en los centros médicos del departamento.

Es importante mencionar que en días pasados el médico advirtió sobre los riesgos a los que estaban expuestos el personal médico y administrativo de las clínicas, hospitales y centros médicos de la ciudad y el departamento, asimismo, el cabildante aseguraba que el riesgo no solo era únicamente para el personal médico, también, se hacía extensivo a los funcionarios ajenos a la medicina como los camilleros, auxiliares y personal de servicios generales, quienes no están en la primera línea de batalla, sin embargo son necesarias.

Del mismo modo, señaló que la alta cifra del personal de la salud contagiado, ponía de manifiesto la imperiosa necesidad de suministrar a todo el personal que labora en los centros de salud las herramientas y equipos de bioseguridad para la prevención del virus, sin importar la función que estos cumplan en el organigrama.

“Aquí quiero levantar mi voz de protesta contra todas esas IPS que violando los decretos presidenciales y no están proporcionando el equipo de protección recomendado, hago también un energético llamado a la ciudad para que acate las medidas que se han venido tomando, porque de seguir un comportamiento indiferente y apático la pandemia alcanzaría la apocalíptica cifras de infección y muerte que han pronosticado organizaciones de orden mundial frente a este tema”, manifestó el cabildante.

Por último, exhortó a las autoridades oficiales a entregar explicaciones del comportamiento desmedido que ha tenido el virus en la ciudad de Santa Marta y el departamento del Magdalena, “(…) la intranquilidad crece a medida que las cifras se incrementan desproporcionadamente sin que las entidades oficiales y facultades para explicar tal comportamiento se pronuncie, queremos escucharlos”.

DISCRIMINACIÓN

Cada vez aparecen más historias de médicos y enfermeros discriminados en los barrios, en supermercados, en espacios públicos de Santa Marta. Muchos ahora temen que los contagien los mismos héroes que aplauden cada noche. La discriminación parece haberse vuelto el pan de cada día en la ciudad.

‘Si yo hubiese sabido que era enfermera no te hubiese dejado entrar’ fueron las palabras discriminatorias que recibió una la profesional de la salud en la ciudad de Santa Marta. Los hechos se registraron a bordo de una buseta del Trasporte Público que cubría la ruta Almendro – Bastidas.

El caso fue grabado por un hombre cuando se percató de que tanto el conductor del bus como demás pasajeros empezaron a estigmatizar y discriminar a una mujer que ejerce como enfermera en un centro asistencial de la ciudad.

“Lo digo a mucho honor, soy enfermera ¿y qué?”, fueron las palabras con las que se defendió esta mujer tras ser víctima de las duras palabras de parte de estos ciudadanos.

El caso ha causado repudio e indignación entre toda la ciudadanía samaria. Cabe resaltar que este no ha sido el único incidente que se ha registrado en Santa Marta con el personal de la salud luego de que se propagara el Covid-19.

Hace unos días otra enfermera también sufrió de discriminación cuando por petición de los usuarios se le negó la entrada al supermercado Rapimercar. Los hechos se presentaron cuando una trabajadora de la salud quiso ingresar al establecimiento para marcar y se le fue prohibido su ingreso por portar el uniforme de trabajo, situación que causó una ola de indignación no solo en la afectada, sino entre toda la comunidad de Santa Marta.