La Comisión de la Verdad le pidió éste lunes al ministro de la Defensa, Carlos Holmes Trujillo, que le entregue los archivos de las ‘chuzadas’ ilegales conocidas el fin de semana, para esclarecer la verdad histórica y de ética pública subyacente.
En un pronunciamiento que fue titulado como “Inteligencia Militar: es hora de contribuir con la verdad histórica y la ética pública”, la Comisión de la Verdad, asegura además que se debe tomar con toda seriedad las denuncias hechas sobre las acciones de inteligencia militar contra líderes sociales, defensores de derechos humanos, miembros de la oposición política, periodistas nacionales y extranjeros, e incluso miembros de las Fuerzas Armadas y del Estado.
“En el esclarecimiento de la historia del conflicto armado interno la Comisión encuentra casos significativos en los que estas actividades dieron lugar a actos de violencia contra los señalados, procesos judiciales arbitrarios, y campañas de intimidación y desprestigio. Este tipo de hechos, más allá de discusiones legales y jurídicas, nos avergüenza como colombianos ante el mundo, son una amenaza contra los derechos y libertades consagrados en la Constitución y en el derecho internacional y vulneran la legitimidad de nuestro Estado y de nuestras instituciones, al tiempo que contribuyen a la persistencia del conflicto”, dice el pronunciamiento.
Éste organismo del Estado, le dice al mindefensa Trujillo, que dentro del derecho de acceso a la información reservada que le otorga el Decreto 588, solicita le entreguen los documentos relacionados con estos seguimientos y espionajes informáticos, “a fin esclarecer la verdad histórica y de ética pública subyacente. La puesta en evidencia de la reiteración de estos hechos lamentables tiene que ser ocasión para que la sociedad y el sector defensa, cuya legitimidad nos importa a todos, lleguen hasta a las transformaciones necesarias que tocan el fondo del problema”.
Expresan además que “es preocupante que a pesar de que en diciembre de 2017 se creó el Sistema Nacional para la Depuración de Archivos de Inteligencia y Contrainteligencia, aún no se perciba el resultado de sus logros. Esa depuración se estableció justamente para evitar que la inteligencia se convierta en un arma política contra quienes deliberan dentro del marco de la democracia en la lucha por la dignidad humana para que seamos un país más transparente y más justo”.
BOGOTÁ (Colprensa)