Diario del Cesar
Defiende la región

No hay camas suficientes en Cuidados Intensivos

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Uno de los mayores problemas que ha provocado la expansión del coronavirus en todo el mundo es la falta de camas suficientes, en especial en unidades de cuidado intensivo, para atender a los pacientes de más alto riesgo.

En países como España e Italia, que tienen una infraestructura de salud mucho más sólida que la nuestra, estos espacios simplemente no han dado alcanzado, lo que ha hecho que la tragedia provocada por la enfermedad sea mucho más grave.

Por ese motivo, las autoridades colombianas se vienen preparando para ampliar la disponibilidad de camas en unidades de cuidados intensivos, con fórmulas de emergencia que permitirán expandir la capacidad hospitalaria en varios miles de camas. ¿Es suficiente ese esfuerzo? ¿Qué tan alto es el déficit de camas? ¿Cómo es la situación por regiones?

De acuerdo con una investigación realizada por Diego Duque, analista de datos de la Fundación Corona, la cantidad de camas en Unidades de Cuidado Intensivo (UCI) en el país es bastante precaria.

En el territorio nacional hay cerca de 5.359 camas en Unidades de Cuidados Intensivos. 967 en Bogotá, 766 en Valle del Cauca, 509 en Antioquia, 498 en Atlántico, 251 en Santander, 237 en Bolívar, 215 en Tolima, 141 en Norte de Santander y 195 en Cundinamarca.

Ahora bien, si se distribuye la cantidad de camas por cada 10.000 habitantes, la situación tiende a ser mucho más compleja. Bogotá está alrededor de 1,8 camas, Valle del Cauca 1,7; Atlántico 2,0, siendo el departamento con más camas por este número de personas; Santander y Bolívar 1,1; Tolima 1,6 y 0,9 en Norte de Santander y 0,6 en Cundinamarca.

Y si bien esta capacidad en condiciones normales es precaria, con el avance del coronavirus se vuelve crítica. Lo que hace esta enfermedad tan compleja para los sistemas de salud en todo el mundo es su crecimiento exponencial.

En Colombia, que apenas está en una etapa inicial del contagio, en un solo día el número de infectados pasó de 378 a 470.

“Nos tomó 13 días llegar a 100 casos, 3 días más llegar a 200, luego fueron 2 días para llegar a 300 y según ese pronóstico, es que hoy en la tarde posiblemente llegaremos a los 400. Si las cosas siguen así, en un escenario optimista en Colombia habrá 800 muertos para el 19 de abril y más de 20.000 contagios al 6 de abril”, explica Diego Rosselli, médico neurólogo y profesor del Departamento del Departamento de Epidemiología Clínica y Bioestadística de la Universidad Javeriana.

Estas cifras, por supuesto, son solo una proyección, pues depende de qué tanto efecto tengan las medidas de mitigación como la cuarentena que empezó a regir este miércoles, pero, en todo caso, según las proyecciones se van a necesitar por lo menos unos 4 mil cupos hospitalarios y mil en unidades de cuidado intensivo.

Según Rosselli, las experiencias a nivel internacional, como la de China, han mostrado que de todos los casos confirmados, 20% necesita hospitalización y 5% requiere de Unidad de Cuidados Intensivos y ventilación mecánica.

Esto se hace más crítico si se tiene en cuenta que los hospitales no pueden dejar de continuar atendiendo a quienes lo necesiten por razones distintas al coronavirus.

“A medida que nosotros vamos aumentando el número de pacientes en Colombia es claro que en un momento se va a saturar el sistema y nosotros no tenemos esa capacidad. Es difícil de precisar, pero según los pronósticos que están realizando de la primera quincena de abril ya se escala una presión sobre nuestro sistema de salud”, recalcó.

Además de esto, hay un problema con los ventiladores, puesto que en países como Estados Unidos hay 1 respirador por cada 31 pacientes. En Colombia es mucho menor. Un paciente en condiciones críticas sin este equipo médico, podría morir.

“Lo que se está haciendo en Estados Unidos y en otros países es ver cómo racionan estos recursos por ejemplo permitiendo que algunos pacientes puedan sobrevivir si tienen mayor respuesta a los respiradores y dejar morir a quienes no lo hagan. De acuerdo con la Asociación Colombiana de Cuidados Intensivos, toda cama de estas unidades debe tener un respirador, por lo que el número de estos artefactos debe ser igual al de camas. Además debe contar con un repuesto si hay alguno en mantenimiento”, explicó Rosselli.

Pero el cálculo sobre la falta de camas no debe hacerse solamente de manera global sino regional. Cada región debe contar con camas suficientes, según la magnitud que alcance la expansión del virus en su territorio.

Las tres regiones más afectadas por el coronavirus hasta el momento, Bogotá, Valle y Antioquia corresponden en efecto a las tres que tienen mayor capacidad hospitalaria en el país, pero otras que tienen alto número de casos como Risaralda, Norte de Santander y Huila, están mucho más abajo de la lista en materia de infraestructura.

De ahí que los esfuerzos deben hacerse de manera coordinada por el gobierno nacional y los gobiernos locales.

El Superintendente de Salud, Fabio Aristizábal Ángel anunció que se adicionará cerca de 1.800 camas para cuidado crítico y hospitalización en centros asistenciales públicos bajo medida especial. De estas camas, 440 son para cuidados intensivos.

Los hospitales contemplados en esta estrategia son: Hospital Universitario del Caribe (Bolívar); Hospital Regional San Andrés (César); San Jerónimo y San Diego de Cereté (Córdoba); San José de Maicao (La Guajira); Alejandro Próspero Reverend (Magdalena); Departamental de Villavicencio (Meta); San Andrés E.S.E (Nariño); Universitario San Jorge (Risaralda); Universitario de Sincelejo (Sucre), y el Departamental Federico Lleras (Tolima).

Por su parte, la red privada también viene haciendo un esfuerzo similar para ampliar su capacidad en camas de hospitalización, aislamiento y UCI.

A esto se sumarán, espacios especiales como Corferias, que según anunció la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, permitirá instalar una capacidad hospitalaria adicional, con la que se espera aumentar  hasta en 5.000 unidades de cuidados intensivos la infraestructura de Bogotá.

Los hoteles, por su parte, también han manifestado su disposición a hacer lo propio en sus instalaciones.

Todo es parte de una carrera contra el reloj para alcanzar a tener la infraestructura necesaria para cuando llegue la avalancha de pacientes./Colprensa