Un ´Garavito´ demacrado se hizo exámenes de rutina
Custodiado por guardianes del Inpec y con un casco de seguridad que protegía su cabeza, el violador y asesino en serie Luis Alfredo Garavito, fue conducido desde el Hospital Rosario Pumarejo de López hacia la clínica Buenos Aires a unos exámenes de rutina.
El traslado se hizo a eso de la 1:50 p.m. de ayer, donde ‘Garavito’ bajó desde el cuarto piso en ascensor acompañado por los uniformados hacia la parte de consulta externa del Hospital Rosario Pumarejo de López, a pie caminó varios metros sin problema alguno, pero al tratar de ingresar hacia la ambulancia que lo llevaría al otro centro médico, recibió insultos y rechiflas por parte de algunas personas que allí estaban quienes en medio de su indignación le gritaron “violador y asesino”.
Al criminal se le vio un poco más delgado y con una verruga cerca del ojo que según los galenos es cancerígena y que además la leucemia poco a poco ha hecho efecto deteriorando su salud.
Inicialmente el traslado de ‘Garavito’ se había establecido para las 7 a.m. de ayer pero luego fue pospuesto para la 1 p.m., en el que los guardianes del Inpec trataron de evitar misteriosamente que los periodistas y camarógrafos de distintos medios lo fotografiaran y le hicieran preguntas.
El rostro del violador estaba cubierto con un tapaboca y no pronunció ninguna palabra ante los medios presentes. Abordó la ambulancia para irse a la clínica Buenos Aires de Valledupar para exámenes, lugar donde lo vieron varias personas que se sorprendieron por el estado en que se encontraba.
‘Garavito’ fue internado en el Hospital Rosario Pumarejo de López desde el pasado 10 de marzo y continúa allí hasta que así lo consideren los especialistas.
Cabe mencionar que ‘Garavito’ no solo tiene leucemia crónica, también un lunar se le convirtió en cáncer que le invadió el ojo izquierdo el cual no le permite tener una visión completa.
‘GARAVITO’ Y SU VIDA
Las autoridades de Colombia creyeron que esta ola de desapariciones y asesinatos de niños, en cuyos casos también tenían señales de abuso, correspondían a algún ritual satánico. Pero para noviembre de 1997, se descubrieron los restos de al menos dos docenas de niños en un barranco y en un lote cerca de Pereira, ciudad de la región central de cultivo de café. El caso llevó a que las entidades investigadoras crearan un grupo de trabajo a nivel nacional que encontró similitudes entre los casos de todo el país.
Desde instante comenzó la indagación por el homicidio de un niño en la ciudad de Tunja, en el centro del país; para ese momento, Garavito se movía frecuentemente de lugar y ya tenía un nuevo nombre: Bonifacio Morera Lizcano, pero la Policía lo capturó en 1999 cuando intentó abusar de un menor. La Fiscalía ya venía cruzando información con sus diferentes departamentos para actualizar los registros y estar alerta de cualquier hecho similar al del hallazgo de Pereira. Fue por esta razón que cuando compararon el registro fotográfico de Garavito y Morera, se dieron cuenta que era la misma persona. Para ese momento, Garavito era un vagabundo con un largo historial de enfermedades mentales, y ahora está en la cárcel ‘La Tramacúa’ de Valledupar purgando una de las tantas penas en su contra.