En el mismo entorno que la vio crecer como futbolista, “el calorcito y solecito del Valle” -como ella misma afirma- y dentro de una cancha de fútbol, Maireth Alejandra Pérez Ramírez recuerda sus inicios.
Sí, sus inicios porque aunque solo tiene 17 años, ya sabe lo que es jugar un Mundial de fútbol, proclamarse goleadora de un Campeonato Sudamericano, colgarse la plata en unos Juegos Sudamericanos y la dorada en Bolivarianos. Casi todo le sucedió en 2018.
Y eso, sin contar el título de la Liga Antioqueña con el club Formas Íntimas, ni su paso con la ‘tricolor’ nacional por el Sudamericano Sub-20, con solo 16 años.
La cita fue en la cancha del Doce de Octubre, donde seguramente marcó muchos goles en sus tiempos de jugadora del club El Futuro, cuando competía de igual a igual con los niños de otros clubes. “Por ser yo tan pequeña, creo que la fuerza y todo lo que he conseguido es gracias al fútbol en Valledupar, jugar con niños me dio ventaja con las niñas que juegan con niñas porque cogí mucha fuerza y experiencia”, recuerda, al tiempo que agradece al profesor Jaime Soto, del club El Futuro, quien fue el primero en confiar en su talento.
En el diálogo con DIARIO DEL CESAR, a Maireth se le nota la alegría de estar en su tierra, junto a su familia. Y no es para menos. La pasó este año de avión en avión y de concentración en concentración por cuenta de sus constantes llamados a las selecciones Colombia sub-17 y sub-20.
Pero valió la pena, como ella misma reconoce, al juzgar por el balance que hace de su año deportivo: “Un año lleno de alegrías y tristezas, cumplí uno de mis sueños -que lo veía muy lejos y lo pude concretar- como fue ir a un Mundial, aprendí muchas cosas que me van a servir mucho más adelante, creo que quedar de goleadora de Sudamérica no lo tiene todo el mundo y me siento muy feliz con el profesor Luna (DT de selección Colombia sub-17) por tantos días de llorar del físico, de doble jornada; cuando uno trabaja duro ve los frutos y estoy orgullosa de lo que pude conseguir”.
La época decembrina la pone nostálgica. La hace recordar los tiempos donde junto a sus padres, Gustavo y Luzdarys, debía decidir entre un regalo de Navidad o ahorrar para el próximo viaje con el club.
‘PAPÁ, ERES COMO LOS PRESIDENTES’
Aunque empezó ‘pateando bola’ con sus vecinos en las calles destapadas del barrio La Nevada, fue a partir de una alharaca que formó para que la inscribieran en una escuela de fútbol, cuando su papá, Gustavo Pérez, supo que la cosa iba en serio. “Eres como los presidentes, promete, promete y no cumple”, le insistió Maireth –tenía 6 años- que ya empezaba a mostrar que patear el balón iba a ser más que un hobby.
No tuvo más remedio el señor Pérez que inscribirla en el club Cero Grado, del barrio Garupal, pero su talento era tal que fue pedida a préstamo por el club El Futuro, del Sicarare, para jugar torneos regionales.
“Ahí comenzó toda mi experiencia futbolística, empezaron los viajes y todo eso de no estrenar en diciembre porque debíamos ahorrar ya que en enero teníamos que viajar; ahora que me acuerdo de eso me siento muy orgullosa de mis padres porque siempre han estado apoyándome y la única forma de agradecerle a ellos y de devolverle a ellos todo lo que han hecho por mí es con triunfos, medallas y logros, que no son solo míos sino de Valledupar, el Cesar, y del club deportivo El Futuro”, dice la joven que tiene entre sus ídolos al portugués Cristiano Ronaldo.
Y fue en uno de esos viajes que le empezó a cambiar su niñez. El popular festival de escuelas en Sincelejo sirvió de vitrina para que Maireth -una de las 8 niñas que jugaron el torneo- fuera vista por dos conocidas cazatalentos del fútbol femenino que le hicieron una tentadora propuesta a los padres de la jugadora.
Liliana Zapata, presidenta del club Formas Íntimas, y Luz Estela Zapata, asistente técnica del mismo club, querían llevársela a Medellín para que terminara su formación como futbolista. Aunque en un principio los padres de Maireth no accedieron, finalmente aceptaron que el futuro profesional de su hija estaba en la capital de Antioquia.
“Me di cuenta que no era hobby cuando empecé a lograr cosas, como quedar campeón de la Pony Fútbol, de la Liga de Antioquia, aunque creo que para mí esto siempre va a ser un hobby, el día que entre a la cancha y no me divierta ese día dejo el fútbol”, afirma la joven.
DEL CLUB A LA SELECCIÓN
Entre goles, gambetas y títulos, con Formas Íntimas y la selección Antioquia, le llegó la hora de vestir por primera vez la camiseta tricolor en 2016, cuando fue convocada por la selección Colombia para el Suramericano sub 17.
Mientras vestía la ‘amarilla’, le llegó también la oportunidad de debutar en el fútbol profesional, con apenas 15 años, en el equipo Formas Íntimas – Envigado FC.
2018: CONQUISTÓ AMÉRICA CON GOLES
Y como todo lo de Maireth fue precoz, con apenas 17, representó al país con la Selección Colombia Sub-20 en el Sudamericano de la categoría que se disputó este año en Ecuador, anotando dos goles en el certamen. Antes, con el mismo seleccionado sub-20, se colgó la medalla de oro en los Juegos Bolivarianos de Santa Marta 2017 en los cuales aportó además cuatro goles para el equipo campeón.
Este año, con la sub-17, puso a Sudamérica a sus pies. Sus goles, juego y carácter, sumado a su carisma fuera de la cancha, enamoraron al continente americano. La vallenata terminó con el trofeo Alberto Spencer que la distinguió como goleadora del Sudamericano de Argentina, con 7 tantos, que fueron la cuota de la ‘10’ en la Selección Colombia para lograr el cupo a la Copa Mundial de la FIFA Uruguay 2018.
Para 2019 se puso una vara más alta: el llamado a la selección mayor. “Ya eso es otro escalón, para mí sería un honor y gratificante que me dieran esa oportunidad, pero cada cosa a su debido tiempo, yo sigo trabajando fuerte, dando lo mejor de mí para mi país, solo es esperar el llamado, que los profesores queden contenta el día que me llamen”, asegura.
A pesar del agitado año y de lo tanto que ama y extraña a su familia y a su natal Valledupar, Maireth no ve la hora de volver a tocar el balón. No concibe su vida sin fútbol. “Es mi felicidad, sin el fútbol no soy feliz, tengo 5 días de vacaciones y ya estoy ansiosa de volver a la cancha, significa felicidad y mucho amor, para mí el futbol lo es todo”, asevera.
Mientras vuelve a la cancha, la crac vallenata disfruta de sus últimos días de vacaciones en la tierra que fue testigo de sus primeros goles y a la cual espera regresar, a finales del próximo año, con más sueños cumplidos.
Por: José Alejandro Martínez Vega