El infierno de ‘Popeye’ en ‘La Tramacúa’
Como el peor y mejor tiempo catalogó Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias ‘Popeye’, su estadía en la Cárcel de Máxima y Mediana Seguridad de Valledupar, llamada coloquialmente ‘La Tramacúa’, donde permaneció recluido 20 meses por los delitos de concierto para delinquir y extorsión.
Para alias ‘Popeye’ estar en la cárcel de la capital del Cesar fue el enfrentamiento cultural de poder más fuerte al que se enfrentó.
“Esta fue la primera cárcel creada bajo el nuevo sistema penitenciario. Con este nuevo formato chocamos presos y guardianes porque nosotros siempre manejábamos las cárceles, pero con esta prisión dirigida y asesorada por norteamericanos las cosas cambiaron”, señaló el exsicario en entrevistas a los medios de comunicación.
LLEGADA A ‘LA TRAMACÚA’
El hombre, quien era custodiado por un grupo designado del Inpec de Bogotá y Barranquilla, llegó a la capital del Cesar el 28 de mayo del 2018 en una avioneta de la Policía Nacional y fue trasladado a Valledupar.
‘Popeye’ llegó con las manos esposadas, portando una camiseta negra con una calavera estampada, bluejean y tenis, y con un policía a cada lado.
El repentino traslado se realizó porque, según el ente acusador, quedándose en Medellín era más factible que, aunque estuviera en prisión, siguiera delinquiendo, puesto que este “era su terreno”.
‘POPEYE’ VEÍA ‘LA TRAMACÚA’ COMO UNA PRISIÓN FÉRREA
Según el hoy fallecido los guardianes del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, Inpec, exageraron en el poder.
“Se extremaron porque comenzaron a golpear y a aporrear en la clavícula los presos. Asimismo, los dragoneantes tenían navajas para apuñalar a presos en el tiempo que se inició pero ya no es así”, estableció ‘Popeye’ en sus declaraciones entregadas durante su estadía en Valledupar.
“Mire dependiendo de la prisión porque si es una prisión suave hay lujos. ‘La Tramacúa’ es de altísima seguridad, es una prisión férrea. Yo en mi libro hablo de esta cárcel porque la odiaba y no tanto por el calor sino porque se juntaban ciertos factores y valores agregados”, resaltaba siempre ‘Popeye’ cuando se refería a su estadía en la ‘Tramacúa’
Pero, al parecer, no todo fue difícil para él, toda vez que según sus señalamientos allí cumplió el sueño de muchos años de comer helado en un centro penitenciario. Es por esto que su reclusión en la Cárcel de Máxima y Mediana Seguridad, lo denominó “su cielo e infierno en esta tierra”.
De este centro penitenciario fue trasladado el 23 de diciembre a las 2:00 p. m., a la cárcel La Picota de Bogotá, movida que se convertirían en las pisadas que, al parecer, le arrebatarían la vida ‘Guerrero Santo, como se autodenominaba Velásquez Vásquez.
“Muchos se preguntan porque no me he muerto pasando por todo lo que he pasado y esto es porque no me ha llegado el tiempo de morir porque soy un ‘Guerrero Santo’”, indicó ‘Popeye’ en una entrevista a un medio de comunicación internacional durante su estadía en ‘La Tramacúa’ de Valledupar.
Al parecer, el cáncer de esófago fue el principio de la muerte del admirador y siervo número uno de Pablo Emilio Escobar Gaviria, y con estos las visitas a los centros de salud, quimioterapias e incluso los cuidados paliativos que son la etapa terminal de un paciente con esta enfermedad.
La noticia de su muerte volcó a los medios de comunicación nacionales e internacionales porque la mañana de ayer el Instituto Nacional de Cancerología de Colombia indicó a través de un comunicado la muerte del líder de los soldados del narcotraficante Escobar Gaviria.
“El Instituto Nacional de Cancerología se permite informar a la opinión pública que el señor Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias ‘Popeye’, quien se encontraba hospitalizado desde el 31 de diciembre del 2019 en nuestra institución falleció hoy según reporte médico hoy a las 5:30 a. m., como consecuencia de la progresión del adenocarcinoma de esófago que padecía después de haber recibido cuidados paliativos durante su proceso de final de vida”, indicó Carolina Wiesner Ceballos, directora general del INC.
EL CÁNCER QUE COBRÓ VENGANZA
Las pisadas de la tortuosa enfermedad iniciaron el 19 de noviembre del 2019 cuando fue llevado a la Clínica Buenos Aires de Valledupar, para la realización de un chequeo médico, donde los resultados alertaron a los galenos quienes indicaron que debía ser hospitalizado de manera inmediata.
El exsicario de Pablo Escobar fue diagnosticado con cáncer de esófagoen ese momento por los médicos. El parte clínico fue mantenido bajo estricta reserva durante unos meses mientras que el abogado defensor de ‘Popeye’ gestionaba el cambio de medida de aseguramiento de un centro carcelario a una domiciliaria.
A muy pocos días del mes Jhon Jairo fue nuevamente hospitalizado en la clínica del norte de la ciudad, donde permaneció varios días y donde, al parecer, iniciaron los cuidados específicos para el exjefe de sicarios de Pablo Emilio. Momento donde las versiones sobre la enfermedad grave empezaron a circular debido a los constantes traslados de la cárcel de Valledupar a centro de salud.
La tercera y la última hospitalización de Valásquez Vásquez, fue en el mes de diciembre donde permaneció un mes recluido en la Clínica Buenos Aires, donde iniciaron el tratamiento de quimioterapias. Esta clínica fue trasladado al aeropuerto Alfonso López, con rumbo a la capital del país donde sería recluido en la cárcel de La Picota, por disposición del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario. El traslado se efectuó bajo estrictas medidas de seguridad por parte del Inpec, en dos camionetas de la Institución.
TRES VISITAS A CLÍNICAS DE VALLEDUPAR
Durante 2019, alias ‘Popeye’ estuvo en la clínica en tres oportunidades para someterse a tratamientos médicos.
La primera vez fue en septiembre cuando estaría haciéndose exámenes referentes a problemas de diabetes.
En noviembre, durando solo horas en la clínica y trasladado nuevamente a la Penitenciaria de Alta y Mediana Seguridad, La Tramacúa, donde permanecía recluido.
Finalmente a mediados de ese mismo mes fue internado y permaneció en una de las habitaciones de la clínica bajo custodia del Inpec.
En el traslado a Bogotá se conoció la enfermedad se encontraba en la fase terminal, la cual, hizo metástasis en los pulmones, hígado y otros componentes abdominales, y estaba hospitalizado desde el pasado 31 de diciembre del 2019.