Diario del Cesar
Defiende la región

El ‘viacrucis’ para conseguir cupo en los colegios de Valledupar

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POR:
NINOSKA
REYES URDANETA

Salir de su país huyendo de las deficiencias y calamidades, no ha sido suficiente para Mary Garrido, a quien durante los últimos siete meses le ha tocado vivir un nuevo episodio en  su recorrido como migrante venezolana: buscar cupo para sus tres hijos en los centros educativos del municipio de Valledupar.

Hasta la fecha son pocas las esperanzas que alberga. Durante esta semana ha tenido que dejar botado su trabajo y los quehaceres del hogar, pues desde las 6:00 de la mañana inicia su travesía que ha decidido centrar en la sede de la Secretaría de Educación, luego de haber visitado colegios como el Alfonso Araújo Cotes y Rafael Valle Meza, entre los barrios Primero de Mayo y San Martín.

Sentada en el andén frente a la Secretaría de Educación,se encontraba Mary. En sus piernas reposaba una carpeta repleta de documentos que hojeaba como sus fieles acompañantes en su trajinar, pero que a la vez de nada han servido para demostrar que sus hijos algo han estudiado, pero con un gran detalle, en un país, Venezuela, que a la vista de todos es como una sombra y no una realidad.

Documentos como las partidas de nacimiento, certificados de nota, aprobación de grados y otras constancias se muestran ya deterioradas de sacarlas una y otra vez ante infinidad de funcionarios, cuya respuesta es esperar o presentar las notas certificadas de su país. “Pero este requisito a duras penas podemos cumplir, por las condiciones en que decidimos pasar la frontera en busca de un mejor porvenir, muchos no tenemos la manera de ir a buscarlas, mientras los niños siguen perdiendo el tiempo sin estudiar”, dijo.

Garrido explicó que tiene una niña de 5 años que va a preescolar, otra de 10 que cursaría cuatro grado y el mayor de 13 que debería ingresar a séptimo, pero hasta el momento las esperanzasson pocas para matricularlo, porque piden la certificación de notas, documento que no pudo incluir en su equipaje  porque salió de su país en una situación de emergencia.

Comentó Garrido que logró que un familiar le trajera la boleta de notas, pero tampoco es suficiente, y es así como a su hijo de 13 años le están negando el derecho a la educación. “No entiendo, porque muchos paisanos solo con la partida de nacimiento han logrado un cupo y a través de una prueba de conocimiento se decide si lo admiten o no”, dijo entre más de 30 personas que ayer se apostaban frente a la Secretaría de Educación en busca de respuestas a sus solicitudes.

Afirmó la madre de familia, que ha ido a muchos colegios y le han cerrado las puertas, solo dicen que hay que esperar que inscriban a los estudiantes de acá, para ver si queda chance para sus hijos. “En esta semana me han dado una esperanza para las dos niñas menores porque van a primaria, pero para el varón que va a secundaria no hay respuesta, y de verdad ya no sé qué hacer porque el tiempo pasa y mi hijo no puede quedarse sin estudiar”, afirmó.

Una situación similar está viviendo Jenifer Quevedo, quien al igual que su compañera está la espera de una solución para su hijo de 14 años, quien debe cursar el séptimo grado. “Yo tengo todos los documentos y tampoco me garantizan el cupo, aquí el problema es porque somos extranjeros, más nada”.

Afirmó que otra de las alternativas es inscribirlo en cualquier modalidad, es decir, de noche o los fines de semana, pero la idea es que tenga la oportunidad de formarse en un país distinto al suyo, y del cual no salió por gusto, sino por necesidad.

“Ya nosotros tenemos un año aquí en Valledupar y mi hijo no ha podido seguir con sus estudios, esto ha sido un viacrucis, no hay derecho. A mi otro hijo de 7 años le van a realizar hoy una prueba de conocimiento en el colegio Francisco de Paula Santander, espero ya culminar con este capítulo”, afirmó.

Según el último reporte de Migración Colombia, en este país hay un aproximado de 156.576 venezolanos menores de 17 años. De ese total, 77.422 son niñas y 79.101, niños.

Se reportan 31.226 estudiantes venezolanos inscritos en colegios públicos; 1.313 en educación contratada y 966, en privada, lo que se estima que 33.506 estudiantes venezolanos han sido vinculados al sistema educativo colombiano.

Sin embargo, esa cifra puede ser superior si se toma en cuenta el ingreso de personas sin autorización a este territorio. En el departamento del Cesar hay 38.000 venezolanos regulares y en Valledupar más de 28.000.

De acuerdo a lo establecido por el Ministerio de Educación, Migración Colombia no está en la obligación de solicitar visa a los menores de edad para iniciar sus estudios de educación preescolar, básica y media, pese a que la norma lo exija.

Para iniciar el proceso de matrícula de un niño, niña o adolescente venezolano en el Simat, se deben tener en cuenta: Si el estudiante cuenta con el Permiso Especial de Permanencia (PEP), deberá ser registrado con ese documento; si por el contrario no cuenta con ningún documento de identificación válido, deberá ser registrado con el Número Establecido por la Secretaría (NES). Ese número se emite automáticamente a través del Simat.

Si el menor “tiene una situación migratoria legalizada deberá registrase con la cédula de extranjería-CE”, que expide Migración Colombia, según la ley. La solicitud del cupo se debe realizar ante la institución educativa o la Secretaría de Educación departamental o municipal más cercana.

OTRAS QUEJAS

Muchas son las quejas que se escuchaban en las afueras de la Secretaría de Educación, donde largas filas y concentraciones de personas, han sido recurrentes durante las semanas previas el inicio del año escolar, el próximo 27 de enero.

Tal es el caso de Isidora Maestre, quien afirmó que otras de las trabas presentadas en este inicio del año escolar, es con los alumnos repitientes, a quienes los expulsan del colegio donde estudian y en otros no los reciben.

Explicó que su hijo debe repetir el sexto grado en la Institución Educativa Técnico Industrial Pedro Castro Monsalvo (Instpecam), pero no lo quieren matricular por las normas internas de la institución.

Tampoco ha sido matriculado en otros colegios como el Rafael Valle Meza y el Upar, donde la respuesta ha sido similar y lo remiten a la Secretaría para que decida, pero igual no hay respuesta, dijo la preocupada representante.

Mildrey Márquez, otra de las acudientes, indicó por su parte que el municipio no está organizado para el inicio de este año escolar, no hay quien dé respuestas ni soluciones a la comunidad.

En su caso, retiró a su hija de un colegio privado para uno oficial con el fin de garantizar el cupo en secundaria, y hasta la fecha no ha obtenido solución a sus peticiones. “He venido varias veces a la Secretaría de Educación, ya el periodo escolar está por comenzar y mi hija no tiene el cupo asignado”.

Elbis Peralta, afirmó que desde la semana pasada está acudiendo para conseguir un cupo para su sobrino en décimo grado y nada que aportan soluciones. “De los colegios nos dicen que vengamos a la Secretaría y aquí responden que es un temas de los rectores, no hay organización, el tiempo paso y los niños están sin posibilidad de estudiar”, dijo.

ENTRE 15 Y 20 SOLICITUDES

Rubén Romero Ramírez, coordinador de Cobertura Educativa de la Secretaría de Educación, informó que esta dependencia municipal tiene un funcionario asignado para hacer las validaciones a los niños venezolanos, de allí se determina el grado y el colegio donde será admitido.

Desafortunadamente hay un solo funcionario y en los próximos días se está ampliando el personal para atender la alta demanda. Diariamente acuden entre 15 y 20 representantes de niños del vecino país, solicitando la matrícula.

Destacó que los decretos y resoluciones conjuntas del Ministerio de Educación Nacional y el Ministerio del Interior, dejan muy claro el apoyo a la población migrante, Valledupar no es la excepción.

La dificultad que se está presentando es que los padres deben contar con el Sisbén o la seguridad salud prepagada, por temas de requisitos para matrícula y de cobertura en salud para el estudiante.

Con relación a los estudiantes repitientes, indicó que desafortunadamente en Valledupar existen colegios que funcionan bajo un manual de convivencia, sin tener en cuenta la norma del derecho a la educación establecida en la Constitución Política de Colombia.

“En muchos casos esos manuales de convivencia establecen que el niño que pierda más de tres materias no puede seguir estudiando en la institución, cosa que no es justa porque al alumno hay que darle oportunidades de estudio. Hay otros rectores que tienen la medida de no recibir repitientes de otros colegios por metas de calidad que se fijan, y eso también afecta el proceso. Para ello se realizará hoy una reunión de trabajo en busca de soluciones”, informó el funcionario.

Manifestó que se está solicitando a los padres de familia que presenten la queja por escrito para analizar cada caso, y así dialogar con los rectores que tienen esta dificultad para aportar alternativas. En este ejercicio participarían funcionarios de Inspección y Vigilancia, Calidad Educativa y Cobertura Educativa de la Secretaría de Educación Municipal.

60.000 ALUMNOS MATRICULADOS

Con relación al proceso de inscripción que se lleva a cabo previo al inicio del periodo del clases el próximo lunes 27 de enero, Romero Ramírez indicó que hasta la fecha hay un promedio de 60.000 alumnos matriculados en Valledupar, de un total de 85.000 que es el promedio para este año, entre las 172 sedes educativas oficiales existentes en el municipio.

“El problema es de cultura por parte de los padres de familia que dejan todo para última hora, lo que conlleva al retraso en el sistema y la cuantificación de los alumnos inscritos para el nuevo periodo escolar. Aspiramos que a final de mes todos los estudiantes estén inscritos y los datos del Simat actualizados”, explicó.

Educación para 6.356 estudiantes de zonas rurales

A través de un convenio entre la Gobernación del Cesar y la Diócesis de Valledupar, más de seis mil niños, niñas, jóvenes y adolescentes de zonas rurales de difícil de acceso de 14 municipios del departamento, tendrán garantizada su derecho a la educación.

El convenio supera los 16.000 millones de pesos y contempla la promoción e implementación de estrategias de desarrollo encaminadas a mejorar la formación académica de los alumnos del departamento, quienes recibirán alimentación y kit escolar, de aseo y deportivo, seguro estudiantil, materiales básicos y componentes pedagógicos.

De igual forma, el convenio garantiza el recurso humano con la contratación de rectores, directores, coordinadores y docentes para cada institución y se mejorarán las aulas escolares en los lugares donde sea necesario.

Pamela García, secretaria de Educación del Cesar, indicó que la meta es que los niños, niñas, jóvenes y adolescentes de estas zonas rurales dispersas, inicien el calendario escolar con el de toda la planta oficial. “El gobernador Monsalvo ha sido enfático en la importancia de que nuestros estudiantes de estas zonas tengan garantizado el derecho a la educación a través de este convenio”, expresó.