El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se reunirá este lunes con el expresidente Donald Trump en la Casa Blanca, en un encuentro que llega en un momento especialmente delicado tanto para la política internacional como para las relaciones bilaterales entre Estados Unidos e Israel. Esta será la segunda visita oficial de Netanyahu a Washington desde que Trump volvió al cargo.
La reunión se produce mientras Israel intensifica su ofensiva militar contra Hamás en la Franja de Gaza, una operación que ha provocado uno de los mayores desplazamientos de población desde que comenzó el conflicto. Desde que el ejército israelí reanudó las operaciones el pasado 19 de marzo, tras un alto el fuego de dos meses, cientos de miles de palestinos han tenido que abandonar sus hogares. Durante la tregua anterior, se había logrado la liberación de rehenes israelíes y prisioneros palestinos, pero Hamás no respondió a la más reciente propuesta de cese al fuego por parte de Israel.
Además del conflicto en Gaza, la reunión tendrá un fuerte componente económico. Netanyahu llega a Washington con la intención de presionar a Trump para que retire los nuevos aranceles del 17 % a las importaciones israelíes, una medida que ha causado inestabilidad en los mercados globales y desconcierto entre los aliados de Estados Unidos. Con esta visita, Netanyahu se convierte en el primer líder mundial en negociar directamente con Trump sobre estos nuevos impuestos.
En un intento por evitar las sanciones, el gobierno israelí eliminó todos los aranceles sobre las exportaciones estadounidenses, un gesto que hasta ahora no ha dado resultados. La administración Trump ha mantenido firme su posición, argumentando que Israel mantiene «barreras no arancelarias», incluyendo problemas en torno a la propiedad intelectual y un déficit comercial desfavorable para Estados Unidos.
La última vez que ambos líderes se encontraron en la Casa Blanca fue el pasado 4 de febrero. En esa ocasión, Trump sorprendió al sugerir que Estados Unidos debería tomar el control de la Franja de Gaza y reubicar a unos dos millones de palestinos en países árabes vecinos, una propuesta que generó críticas a nivel internacional.
/LaFM