Diario del Cesar
Defiende la región

En la tierra del Gatorade

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En la Universidad de la Florida visitamos sus centros de investigación que tienen el respaldo del sector privado y analizamos algunos aprendizajes.

El primero: cómo se puede evitar que el estrés ambiental afecte el desarrollo reproductivo de cultivos como el frijol y la lechuga, básicos en el del suministro de alimentos.

Esto se logra a través del mejoramiento genético, al crear plantas más tolerantes al cambio climático y utilizando el polen y el ovario como vehículos de reproducción botánica similares al del cuerpo humano.

Estos procesos de germinación pueden manipularse en sus componentes genéticos y construirles las características necesarias para hacerlos más fuertes, resistentes y con mayor valor nutritivo.

Todo esto lo pudimos ver en la Journal of Environmental Psychology, revista que aborda la agricultura con mayor base científica, con ajustes significativos para la salud, educación y lucha contra la pobreza.

También se discutió sobre la visión de las nuevas generaciones de no querer una vida rural y la única manera de atraerlas es que el campo evolucione científicamente.

Se requieren semillas de mayor calidad, por eso deben estar almacenadas -como en pandemia- para que los agricultores con menos recursos no reciban las de mala calidad y así evitar que se reduzca la productividad del campo. Para ello, el Estado debe garantizar su suministro y con el valor agregado de estar enriquecidas mediante manipulación genética para que las plantas puedan autoprotegerse.

Otro tema importante fue el de los biorreactores Setis, que están en una fase estacionaria de ventilación, drenaje e inmersión para que las plantas se encuentren en un ambiente natural. Por ejemplo, están reproduciendo orquídeas clonadas en un entorno que las preserva, lo que les permite producirlas todo el año, ya que las semillas están almacenadas para ser utilizadas en todas las temporadas.

Lo más novedoso es cómo manipulan la genética de las bacterias para que se conviertan en vehículos transmisores que mejoran la calidad de la semilla. Es decir, se le introduce el gen que se desea traspasar como el de la resistencia a la humedad, al sol y el crecimiento con menor cantidad de agua.

Otro asunto relevante son los hipercomputadores. Tienen un centro informático basado en computadoras gigantes de 50 petabytes (1.000.000 gigabytes). No requieren operarios porque son autosuficientes, además están en un ambiente que resiste huracanes de hasta 200 kilómetros por hora sin alterar su funcionamiento. Están completamente cerrados en una especie de búnker.

Los supercomputadores son el centro de inteligencia artificial de toda Gainesville. Su nube se ha convertido en un gran soporte para investigaciones, la institucionalidad, instrucción superior, creación de videos y sistemas de mensajería de gran envergadura. Tuvo un costo superior a los US$50 millones, y lo financió la propia universidad. Actualmente es el “data center” del alma mater y es conocido como el ‘Hiper Gator’.

Todo en Gainesville, Florida, tiene que ver con los gators (caimanes), incluido el Gatorade, bebida creada precisamente para el equipo de fútbol americano ‘Gators’ con el fin de ayudar a sus jugadores a hidratarse debido al análisis que se hizo de las sales y minerales que se eliminaban en su sudor.

*Exministro de Estado

*Gobernador del Atlántico