Estudiantes, a velar por salud oral en el territorio
En una simbólica ceremonia, el Programa de Odontología de la Universidad del Magdalena realizó la imposición de batas a 24 estudiantes que cumplieron todos los requisitos y están capacitados para desarrollar sus prácticas profesionales en diferentes instituciones de Santa Marta y Magdalena.
Fue un acto lleno de simbolismo que contó con la compañía de directivos, docentes y familiares, quienes vieron con orgullo y entusiasmo la transición de los jóvenes de la vida universitaria a la primera experiencia profesional, tras surtir con éxito todos los semestres de formación.
De acuerdo con la odontóloga magíster Diana Escobar Ospino, directora del Programa, los estudiantes realizarán su trabajo de manera autónoma y, además de demostrar lo aprendido, aplicarán los principios éticos enseñados en la Alma Mater, velando siempre por una salud oral humanizada.
“Más allá de los conocimientos y de lo técnico, es la sensibilidad que se debe tener en cuenta en el cuidado hacia los demás. Es tener ese trato humano, dar lo mejor, sobre todo con gran compromiso. Tenemos la certeza de que van a hacer una gran labor social”, manifestó Escobar Ospino.
Oportunidades para todos
Durante este acto solemne, los futuros odontólogos reflejaron satisfacción por haber encontrado en UNIMAGDALENA el lugar propicio para convertirse en profesionales y nutrirse de valores que le imprimen a su perfil un componente integral.
Jennifer Vega Villamil es una de las estudiantes que recibió la prenda distintiva de su profesión. Su felicidad y la de su familia eran notables, pues acudió desde Norte de Santander para estudiar en esta Casa de Estudios Superiores y resultó una experiencia enriquecedora que la llena de confianza para su ejercicio laboral.
“Cada vez que se va un paciente y te agradece, cuando ves que sonríe con tranquilidad, atiende las indicaciones que haces, es gratificante. Yo, personalmente, me doy cuenta de que la odontología era para mí”, aseguró Jennifer, quien agradeció a la Alma Mater y a sus docentes por acogerla y guiarla en este proceso.
Este mismo sentimiento lo comparte Carlos Zúñiga Ferreira, un basquetbolista de alto rendimiento que también dio un paso más cerca de su diploma. Ingresó a la Universidad del Magdalena gracias a la beca de bachiller deportista, iniciativa impulsada por el Rector Pablo Vera Salazar para estimular los talentos de jóvenes que, además de estudiar, se destacan en otros escenarios.
Gracias a este incentivo, su sueño de ser profesional se fue construyendo y hoy está cerca de hacerse realidad. “Fue un reto muy grande ser estudiante y deportista. El apoyo de la Universidad fue incondicional. El deporte me trajo hasta aquí y el estudio me va a llevar más allá”, dijo Carlos convencido de que titularse como odontólogo será su próximo trofeo.
Las políticas de inclusión del Rector Pablo Vera también permitieron que Génesis Espinosa Martínez pudiera ingresar a la educación superior y lograr su objetivo profesional. Es madre cabeza de hogar y los apoyos institucionales fueron un soporte clave para mantenerse en su propósito.
“Entré con cupo especial. Me ayudaron en los almuerzos y refrigerios, y el alivio económico de la matrícula del 90 %”, relató Génesis, reconociendo que, pese a la dificultad de estudiar, trabajar y cuidar a una hija, su esfuerzo y el apoyo de la Universidad y de su familia le permitieron lograrlo.
Si bien estos estudiantes sellaron su ciclo formativo, la Universidad del Magdalena acompañará siempre sus caminos, pues el compromiso con la educación es una consigna diaria que se evidencia en la alta calidad y la responsabilidad de sus profesionales para brindar atención integral a las comunidades en el territorio.