Diario del Cesar
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Los escándalos de Petro

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Como Petro gobierna muy mal pero es habilísimo comunicador y sistemáticamente dice algo provocador que distrae, vale la pena, para no perder ni la memoria ni el foco, hacer una lista de algunos de los escándalos que lo rodean a él, su familia y círculo íntimo, y su gobierno. Como son tantos, necesitaré más de una columna. Esta irá solo hasta la elección del 2022.

Empiezo con su lugar de nacimiento. Aunque ha sostenido una y otra vez que nació en Ciénaga de Oro, en declaraciones en estrados judiciales ha dicho que es de Zipaquirá y eso dicen sus documentos de identidad.

En 1985, siendo concejal de Zipaquirá, fue el jefe de una célula del M19 que promovía invasiones en un barrio que se llamó Bolívar 83. El Ejército hizo una operación de inteligencia que fue descubierta por el Eme. Petro intentó asesinar al entonces capitán del Ejército Gabriel Díaz, parte de esa operación. La pistola se encasquilló. Petro, iracundo, le desfiguró la cara a Díaz con la cacha del arma y lo dejó muy mal herido. Unas semanas después, Petro fue capturado. La Justicia Penal Militar lo juzgó y condenó por porte ilegal de armas y terrorismo. Sin embargo, la sentencia desapareció. Petro también fue acusado por la justicia ordinaria por participar en el planeamiento del asalto del Palacio de Justicia. Petro jamás fue amnistiado ni indultado.

Ha dicho en múltiples ocasiones que tiene cinco títulos académicos, incluyendo dos especializaciones, una maestría y un doctorado. Mintió. Está probado que no tiene sino su carrera universitaria, con malas notas, y un diplomado.

Trajo a Hugo Chávez a Colombia, en 1994, tras su fallido intento de golpe de estado.

Siendo representante a la Cámara, fue grabado recibiendo dinero en bolsas. La investigación prescribió y el testigo que entregó la plata, Juan Carlos Montes, fue trasladado a escondidas a Suiza.

De su paso alcaldía, poco para mostrar y sí muchos escándalos. La compra de camiones de segunda mano inservibles, las motos eléctricas que nunca funcionaron, la entrega de drogas a los adictos, las mentiras sobre los colegios y cupos escolares prometidos y jamás entregados, y el aumento de 40% de la nómina paralela, fueron los más sonados.

Por profundizar, el papel de Petro en el mal llamado estallido social. Lo que se sabe es que el violento y oscuro Xavier Vendrell coordina a Activistas por el Cambio, el colectivo de jóvenes del que hacen parte muchos de la primera línea, y que Vendrell tiene amplísima experiencia en Cataluña de usar jóvenes para generar bloqueos y paros y enfrentar a los cuerpos de seguridad.

Los de la última campaña presidencial son muchos. Sin ser exhaustivo, un repaso: la campaña no reportó los pagos hechos a los asesores internacionales ni a los testigos electorales, coordinados por Vendrell. Tampoco todos los viajes hechos con SADI, la empresa de la narcoavioneta, ni los aportes de Daily Corp, la investigada compañía de criptomonedas. No aparecen reportados los $1.033 millones de la USO ni los $500 millones de Fecode, triangulados a través de Colombia Humana. Por cierto, los aportes de personas jurídicas están prohibidas en las campañas presidenciales. No aparecen los aportes del megacontratista Euclides Torres. Hasta hoy, la justicia nos debe el proceso para establecer la historia de los $15.000 millones que, si se supiera quién aportó y cómo, según Benedetti, los manda a todos presos. Y hay dudas sobre qué monto del dinero recibido por Nicolás Petro terminó en campaña, según él mismo confesó. Lo que sí se sabe es que el primogénito recibió plata de Gabriel Hilsaca y del mafioso Santander Lopesierra. También hay pruebas de que otro narco, el Sobrino, hizo aportes en Casanare. Sobre la “campaña paralela” de Verónica Alcocer, palabras de Nicolás, tampoco ha hecho nada la Fiscalía que, por cierto, tiene entre sus debes llamar a declarar a Ángela Benedetti, que tiene información muy sensible sobre Petro, su mujer y la campaña.

Cierro por hoy con «el pacto de la Picota”, ese acuerdo en las cárceles entre Juan Fernando Petro y el anterior Comisionado de Paz con algunos mafiosos, paras y corruptos, y que, en palabras del mismo hermano presidencial, significó “un millón y pico de votos” por los que se ganó las elecciones.

*Abogado.