Diario del Cesar
Defiende la región

Magistrados y funcionarios de las altas cortes salieron en medio de los disturbios

21

La protesta que ayer jueves bloqueó las entradas y salidas del Palacio de Justicia Alfonso Reyes Echandía solo pudieron disolverse tras la presencia de la Unidad Nacional de Diálogo y Mantenimiento del Orden (Undmo), que tuvo que intervenir para que las y los magistrados de las altas cortes pudiesen salir de las instalaciones.

Luego de una jornada bastante activa en el centro de Bogotá, aproximadamente a las cinco de la tarde el antiguo Esmad se hizo presente sobre la calle 12, entre las carreras octava y séptima de la capital del país. La presencia del director de la Policía en el lugar permitió atender el llamado a la sensatez frente a lo que la Corte Suprema consideró un “asedio”.

Los primeros uniformados lanzaron varias tandas de gas lacrimógeno, lo que causó descontento entre las decenas de manifestantes que quisieron exigirle a la Corte que escogiera a la próxima fiscal general “ya”. La rabia se convirtió en enfrentamientos, los enfrentamientos se convirtieron en disturbios.

Sin embargo, los puntos de concentración se separaron. El plan de evacuación, que minutos antes contemplaba a policías con afán sacando del edificio a pie a todos los que podían, continuaba, pero esta vez con vehículos blindados saliendo del sótano del Palacio junto a una fuerte cadena de escoltas de la Policía.

Chalecos de organizaciones de derechos humanos se veían por doquier, mientras los agentes de diálogo del Ministerio del Interior y de la Alcaldía intentaban que no hubiese agresiones fuertes entre uniformados y ciudadanos, que no dejaban de cantar arengas en contra de la Corte Suprema.

Una hora después, las autoridades siguen en la vía y un par de camionetas, motocicletas y automóviles sigue evacuando el área. Y la cantidad de personas, que en la mañana bien pudo ser de cientos, ya disminuye a solo decenas. Aún no se presenta un balance oficial de personas heridas, detenidas o afectadas en su integridad durante las protestas. Mas el aroma a gas lacrimógeno sigue vigente.