Hoy cremarán los retos de Luis Alfredo Garavito
Para hoy se tiene prevista la cremación de los restos de Luis Alfredo Garavito, alias ‘La Bestia’, luego de la llegada de un familiar quien debió aportar los documentos requeridos para llevar a cabo el procedimiento.
Un registro civil habría atrasado el proceso, luego que el alcalde de Valledupar, Mello Castro, decidiera aportar los recursos económicos para que las cenizas sean trasladadas a Armenia, Quindío, de donde es nativo el asesino serial.
La cremación estaba prevista para ayer en horas de la tarde, pero una documentación que debía ser autenticada en Quindió, atrasó el proceso, informó Silvio Cuello, personero de Valledupar, quien reiteró que su sobrino debió demostrar el parentesco para llevar a cabo la entrega.
El procedimiento se estaría realizando en un horno crematorio ubicado en el Parque Cementerio Jardines del Recuerdo en esta capital, en una ceremonia privada y en presencia de autoridades
Luís Alfredo Garavito Cubillos purgaba una condena de 40 años, en la Cárcel de Alta y Mediana Seguridad, más conocida como ‘La Tramacúa’ de Valledupar. Padecía un cáncer ocular y leucemia, enfermedades que lo fueron descompensado hasta su muerte, a los 66 años, el pasado jueves 12 de octubre en la Nueva Clínica de Santo Tomás en la capital del Cesar.
Según fuentes de la Personería Municipal de Valledupar, el recluso se había negado a seguir recibiendo atención médica. “Estaba en un estado delicado de salud, la personería había hecho seguimiento, pero él había renunciado a asistir a las citas médicas y lo intentamos convencer, pero dijo que no. Tenía cáncer ocular y leucemia, él se había abandonado a su situación, cuando se ponía muy grave prefería no recibir tratamiento de mayor nivel para mitigar el dolor. Había perdido mucho peso y tenía una alimentación vigilada por sus complicaciones”.
A ’Garavito’ se le asistía en todo lo que necesitaba como medicamentos, tenía un color de piel amarillo ya que no recibía sol porque temía un atentado por parte de otros internos de ‘La Tramacúa’.
Cuando pedía ayuda se le daba. Leía mucho la biblia, no recibía visita y se desahogaba con los funcionarios que iban a realizar su trabajo. Siempre manifestó que estaba arrepentido por lo que había hecho, contactó a varias personas para pedirle perdón.