Diario del Cesar
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Entre dolor y tristeza La Paz despidió a su hijo

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Una mañana soleada y con el calor humano que caracteriza al municipio de La Paz, fue el ambiente que se respiró ayer en esta tierra donde las notas del acordeón están opacadas, por la partida del Rey Vallenato, Miguel López, quien falleció el 12 de septiembre a causa de una fuerte bronconeumonía.

En sus calles, donde se escuchaban las piezas musicales que acompañó el acordeonero en la voz de grandes artistas, como el también pacífico, Jorge Oñate, se notaba la nostalgia de un pueblo que recuerda a este hombre como una gran artista y ser humano.

A las 9:00 de la mañana, los restos del maestro fueron acompañados por el pueblo hasta la plaza Olaya Herrera. Una banda marcial encabezaba el recorrido entre flores y una fotografía gigante de ‘Migue’, como antesala a los actos que se llevaron a cabo en su honor.

A su paso, por las calles del pueblo, se notaba la tristeza de todos. Los pacíficos no dudaron en salir de sus casas y con un gesto de humildad decían adiós, a quien deja un gran legado en el folclor vallenato.

“Se nos fue un grande de la música vallenata. La Paz vive un doble dolor, primero perdimos a Jorge Oñate y ahora al ‘Rey de los Bajos’ en el acordeón, pero de lo que si estamos seguros, es que nos encargaremos de enaltecer su legado y de preservarlo entre las nuevas generaciones”, afirmó Laura Quijada, habitante de La Paz.

Asimismo, Leonardo Acosta, también habitantes del municipio, dijo que el pueblo está de luto y una Dinastía del vallenato sufre por la partida de ‘Migue’, a quien calificó como un gran ser humano, humilde y de buen corazón, que ayudaba a los demás sin nada a cambio.

“Ahora sus hijos tienen una gran responsabilidad de mantener este legado y promover la música vallenata entre sus generaciones. Miguel López fue inigualable en el folclor y por eso hoy el pueblo de La Paz lo llora”, agregó Adolfo Mieles, pacífico.