Diario del Cesar
Defiende la región

Petro en USA

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Por

FERNANDO

CEPEDA ULLOA*

Dos siglos de relaciones amistosas, aún en momentos muy difíciles, le sirvieron de telón de fondo a Gustavo Petro para sus conversaciones con el presidente Biden y otros dirigentes. En Estados Unidos es bien entendida la importancia de la relación con Colombia. Y su relevancia regional y multilateral. Los problemas domésticos de Colombia, drogas ilícitas y su maridaje con grupos armados que alegan propósitos políticos o que simplemente son criminales; el tema migratorio, no sólo como país exportador de personas, ahora materializado en el envío de una enorme suma de dinero, diez mil millones de dólares anuales, buena parte de ellos proveniente de colombianos que trabajan en Estados Unidos; y, quién lo creyera, ahora convertido en país receptor de migrantes venezolanos que llegan casi a tres millones y que también envían remesas a su país sin que tengamos claro el monto de las mismas y su extraordinario significado, para la economía de ese país. Y no se puede negar, ahora, de tránsito de migrantes hacia Estados Unidos. Con una de las mayores biodiversidades, y una posición estratégica.

O sea, comparte con Estados Unidos problemas muy graves que, como lo argumentó el presidente Barco, deben dar lugar, como en el caso de las drogas ilícitas, a una responsabilidad compartida. La que se expresó oportunamente y de qué manera con el Plan Colombia, un entendimiento entre Andrés Pastrana, Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos con sus homólogos en Estados Unidos. Como dijo Obama, el mayor éxito de la política exterior de los Estados Unidos en el Siglo XXI. Tenemos una situación interméstica, de naturaleza internacional y doméstica, que hace inevitable la cooperación, el entendimiento, la armonía. Claro está, con desacuerdos incluidos.

Los planteamientos del asesor de Seguridad en la Casa Blanca, Juan González, son muy dicientes. Me llamó especialmente la atención el siguiente: “La preocupación que yo creo que compartimos con el gobierno de Petro, es que mientras más coca se cultiva, más fondos tienen actores criminales, como el Clan del Golfo y otros que han sido un flagelo continuo para el país”. Como se ha dicho, a más coca menos paz.

Que esta inteligente y apropiada relación continúe y se profundice redundará en beneficio de ambos países.

En tiempos de polarización política en el país del Norte y en vísperas de un proceso electoral que ya se asoma, es inevitable que se escuchen voces menos cordiales del lado republicano. Y por ello es más que aconsejable mantener el consenso bipartidista y bicameral en la actitud hacia Colombia. Y ojalá una postura similar desde la perspectiva colombiana. La participación de un Enviado Especial para las negociaciones con las Farc por parte de Estados Unidos y la posibilidad de que lo propio ocurra si el proceso actual de paz avanza y da signos de seriedad contribuirá mucho a ese consenso allá y aquí.

Es evidente que en el nuevo contexto político de Estados Unidos no es fácil construir un consenso bipartidista. Insisto. Son dos contextos políticos bien diferentes de los que nos han permitido diseñar una relación bilateral compartida en sus aspectos esenciales. Las ambigüedades, algunos silencios, y contradicciones entre las palabras y los hechos van socavando la confianza. Asumo que nada de esto sorprendió a la Delegación Colombiana y no sobra tener absoluta claridad al respecto.

*Exministro de Estado