Diario del Cesar
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Valledupar, la ciudad con mayor índice de informalidad

REVELA EL DANE

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Cultura, turismo, música y tradición, serían los principales aspectos que identifican al municipio de Valledupar, pero lamentablemente, hoy es la ciudad, que según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), tiene mayor índice de informalidad en el país, panorama que trae consigo inseguridad e inestabilidad económica entre sus habitantes.

El Dane reveló en las últimas horas, el boletín técnico de ocupación informal en Colombia para el trimestre móvil septiembre – noviembre de 2022. En este se indicó que para el total nacional en dicho periodo la proporción de ocupados informales fue de 58,2%, que representa una disminución de 0,9 puntos porcentuales (pps) con respecto al mismo trimestre del año anterior que fue de 59,1%.

Para el total de las 23 ciudades y áreas metropolitanas la proporción de informalidad se ubicó en 45,3% ,lo que significó una disminución de 1,2 pps con respecto al mismo periodo del año anterior (46,5%).

De las 23 ciudades y áreas metropolitanas, las que presentaron mayor proporción de informalidad fueron Valledupar (69,5%), Riohacha (68,3%) y Sincelejo (67,1%). La capital del Cesar tuvo un notable crecimiento en cuanto a este fenómeno, pues en igual periodo de 2021 resultó como la quinta ciudad con más alto índice de informalidad al registrar 63,6%. Igual pasó con Riohacha, ya que entre septiembre-noviembre del año antepasado registró 64,1%. Por su parte, en Sincelejo el índice se redujo debido a que en el mismo periodo de 2021 registró 67,6% de informalidad.

Mientras que las ciudades con menor proporción de informalidad fueron Bogotá D.C. (36,3%), Manizales y su área metropolitana (36,7%) y Tunja (38,8%). El fenómeno se redujo en la capital de la República, pues en 2021 registró 42,1% en igual periodo. Mientras que en Manizales y su área metropolitana (33,4%) y Tunja (45,4%) hubo un crecimiento.

LA INFORMALIDAD, UN CÁNCER TERMINAL

José Luis Urón, presidente de la Cámara de Comercio de Valledupar, al hacer referencia a este aumento de la informalidad, manifestó que esta es una cultura que se está convirtiendo en un cáncer terminal en el territorio. “Los que lavan impuestos, los que lavan activos, son los que se aprovechan para llevar a las empresas formales a la liquidación.

Aquí lo que se requieren acciones contundentes del Estado colombiano para garantizarles a los empresarios la posibilidad de actividades mercantiles”, dijo.

Urón Márquez instó a la necesidad de garantizar el respeto a las instituciones como se ha reclamado desde el Comité Intergremial: “No podemos hacer de este territorio, un territorio tenebroso, un territorio donde la gente piensa dos veces para venir”, aseguró”.

La importancia de vender el territorio como una potencia turística para generar empresa y crecimiento económico, es siempre la propuesta de este gremio. Sin embargo, se advirtió que la tarea de hablar bien del territorio depende de los cesarenses, específicamente los vallenatos.

La Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, ha manifestado que en el Cesar la competencia desleal está acabando con el comercio formal. Son incontables los locales que han tenido que cerrar sus puertas por la intervención de la informalidad. No pagan arriendo, tampoco impuestos, servicios y mucho menos seguridad social a sus trabajadores.

Otro fenómeno que se está presentando, es que el inversionista al verse asfixiado por esta irregularidad, opta por unirse a la informalidad y eso es fatal, le quita derechos al empresario formal.

Lamentablemente no hay voluntad política de ayudar en lo más mínimo a acabar con esta situación, lo ven como un monstruo gigante con el que se adaptan a convivir. Lo más grave es que dejan que se apoderen del espacio público que es de todos los ciudadanos.