El Papa lamenta los 100 días de guerra en Ucrania
El Papa ha lamentado que se cumplan 100 días de la guerra en Ucrania- que arrancó el pasado 24 de febrero con la irrupción por parte de las tropas rusas en el país- y ha exclamado que todo conflicto bélico supone «la negación del sueño de Dios».
«La pesadilla de la guerra, que es la negación del sueño de Dios, ha descendido. Los pueblos se enfrentan, se matan», ha lamentado el Papa durante el ángelus de este domingo, que ha rezado asomado desde el balcón de su estudio privado en el Palacio Apostólico. Del mismo modo, ha hecho un llamamiento a los líderes políticos para que frenen la guerra: «No llevéis a la humanidad a la ruina».
De nuevo, sus dolores en la rodilla derecha han impedido al Papa presidir la misa con motivo de Pentecostés, cuando la Iglesia celebra la llegada del Espíritu Santo sobre los primeros apóstoles. Si bien estaba previsto que Francisco presidiese la misa que conmemora este momento en la basílica de San Pedro, a última hora se ha decidido que lo hiciera el decano de los cardenales, Giovanni Battista Re.
El Papa -que ha llegado en silla de ruedas a la basílica de San Pedro- ha leído la homilía sentado. Durante su alocución, ha reclamado una Iglesia que sea una «casa acogedora» y «sin muros divisorios». Así, ha alertado del mal espíritu que se «ancla en el pasado, en los remordimientos, en las nostalgias y en aquello que la vida no ha dado» lo que ha confrontado con el Espíritu Santo, que, en cambio, lo que hace es llevar a las personas a «amar el aquí y el ahora».
El Papa ha recordado así que no existe «un mundo ideal», ni mucho menos «una Iglesia ideal», sino «la realidad, a la luz del sol, en la transparencia y la sencillez». «¡Qué diferencia con el maligno, que fomenta las cosas dichas a las espaldas, las habladurías y los chismorreos!», ha agregado. También ha instado a la Iglesia a no quedarse encerrada en sí misma y a ser «un prado abierto para que todos puedan alimentarse de la belleza de Dios». AFP