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La reina Isabel II confiesa sentirse exhausta tras su infección de Covid-19

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La reina Isabel II ha confesado sentirse «muy cansada y exhausta» tras su infección de COVID-19 el pasado mes de febrero, tras solidarizarse con un antiguo paciente del virus que perdió a su hermano y a su padre a causa de la enfermedad.

La monarca dio positivo en coronavirus el 20 de febrero y, a pesar de tener lo que el Palacio de Buckingham calificó como «síntomas leves de resfriado», estaba decidida a llevar a cabo las tareas que podía.

Tras superar la infección, este miércoles ha hablado por primera vez de la experiencia en una visita virtual al Hospital Real de Londres, con motivo de la inauguración oficial de la Unidad Reina Isabel de la institución médica.

Durante su videollamada con los trabajadores y el personal médico, la reina escuchó sus historias sobre cómo hacer frente a la enorme afluencia de pacientes de Covid-19, y una enfermera de alto nivel le dijo que «sosteníamos sus manos, secábamos sus lágrimas y les dábamos consuelo».

Alrededor de 800 personas de todo el noreste de Londres fueron atendidas en la Unidad Reina Isabel, de 155 camas, que se construyó en cinco semanas, en lugar de cinco meses, para satisfacer la demanda de pacientes.

«Me alegro de que estéis mejorando… Le deja a uno muy cansado y agotado, ¿verdad? Esta horrible pandemia. No es un resultado agradable», expresó la reina a Asef Hussain, antiguo paciente de la COVID-19, y a su esposa Shamina.

Asef Hussain era el tercer miembro de su familia que ingresaba en el hospital con coronavirus tras enfermar a finales de diciembre de 2020. Su hermano murió primero y luego su padre, que falleció mientras Asef Hussain estaba conectado a un respirador.

«Recuerdo que una mañana me desperté y me resultaba muy difícil respirar», explicó Hussain a la reina de Reino Unido. «Recuerdo haber despertado a mi mujer diciendo que sentía que no había oxígeno en la habitación. Recuerdo que saqué la cabeza por la ventana, tratando de respirar, tratando de conseguir ese oxígeno extra», detalló.

Por su parte, Shamina Hussain dijo a la reina en un momento dado que había 500 amigos y familiares de todo el mundo en una llamada de Zoom rezando por su marido, y la monarca aligeró el ambiente e hizo sonreír a la pareja cuando preguntó: «¿Así que tienes una familia numerosa, o una gran influencia en la gente?».

La cuestión de que las familias y los amigos no puedan visitar a sus seres queridos que están siendo tratados en el hospital se discutió varias veces durante la videollamada de la reina con el personal del hospital, y en un momento dado dijo: «Por supuesto que no poder ver a tu familiar es muy duro».

Mireia López, una monja que trabaja en el hospital de Whitechapel, al este de Londres, desde 2008, habló a la reina de su compromiso con los pacientes.

«Como enfermeras nos aseguramos de que no estuvieran solos. Les cogíamos las manos, les enjugábamos las lágrimas y les dábamos consuelo», expresó López. «A veces parecía que estábamos corriendo una maratón sin línea de meta», añadió.

Polly Fitch, una psicóloga clínica que dirigía el equipo de apoyo a las familias de la unidad, describió cómo se ponía información al lado de las camas de los pacientes para que el personal médico conociera sus antecedentes, y el imán Faruq Siddiqi, un capellán que forma parte del equipo multiconfesional del hospital, dijo que su presencia era vista con una sensación de «esperanza» por las familias.

Al final de la llamada, la reina charló con el equipo de construcción que creó la unidad en las plantas 14 y 15 del hospital en un tiempo récord, y les dijo: «Es muy interesante, ¿verdad?, cuando hay alguna cosa muy vital, cómo todo el mundo trabaja en equipo y se une; maravilloso, ¿no?».

/Colprensa