Diario del Cesar
Defiende la región

Dueños de bares se unieron a la protesta ‘Los platos rotos’ 

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POR: NINOSKA REYES URDANETA 

De manera simbólica, dueños de bares, discotecas, billares y centros nocturnos, se unieron ayer desde el departamento del Cesar, a la protesta nacional denominada ‘Los platos rotos, no los debe pagar la economía nocturna’, en rechazo a las medidas restrictivas de cierres desde las 6:00 de la tarde y confinamiento los fines de semana.

Las medidas restrictivas enfocadas a la noche, desde el Gobierno Nacional, y adoptadas por los alcaldes, impactan a sectores específicos como turismo, alojamientos, restaurantes, bares, parques y a la noche, que es la jornada de menor movilidad de personas.

 “Reconocemos el momento crítico actual para el sistema de salud, también estamos en un colapso económico y de hambre que pone en riesgo vidas humanas. No pedimos que no existan medidas, solicitamos que tengan el impacto, la evaluación y los resultados que todos necesitamos para equilibrar salud y economía”, manifestó Jorge Cerchiario, vocero del gremio en Valledupar.

La verdadera salvación es el proceso de vacunación que está fallando, demorado, donde los ciudadanos y sectores como este, con mayores restricciones, está en la mitad entre la gestión nacional y la logística local. Por tal motivo, Cerchiario manifestó que desde Asobares plantea una alternancia de los días de cuarentenas (no solo fines de semana y jornada nocturna); promover el uso de terrazas, antejardines y demás espacios al aire libre con permisos express expedidos por las Alcaldías controlando los aforos internos.

De igual manera, implementar restricciones a motos y carros en la noche con el fin de disminuir posible accidentalidad vial que congestionen las UCIs; intensificar las campañas de autocuidado, fortalecer el PRASS y esquemas de vacunación.

También es importante ofrecer alivios económicos directos, no se puede cerrar permanentemente una actividad sin compensar sus pérdidas. (Art 49 de la Ley de Turismo 2068 del 31 de Dic de 2020).

 “Esta industria genera impuestos, renta fiscal para los municipios y, además de eso, mueve otros negocios como el transporte nocturno en taxis, los negocios de comidas rápidas y otros servicios asociados a la actividad”, indicaron voceros del gremio.

LOS ARRUINA LA INFORMALIDAD 

El sector no debe pagar los platos rotos del descontrol ciudadano y la clandestinidad, ya que los bares y gastrobares formales del país, ha cumplido en la implementación del protocolo de bioseguridad trazado por el Ministerio de Salud, manifestó Claudio Pérez Ortigoza, encargado de un local nocturno en Valledupar.

 “La noche es el escenario con menor tránsito de personas, el sector económico más golpeado por la crisis, y hoy, un año después de la pandemia no es admisible que se sigan utilizando este tipo medidas sin evidencia científica, de la cuales por el contrario, sí se tienen referentes negativos, en donde esa clase de limitaciones a las libertades focalizadas al ocio nocturno han triplicado tasas de contagio”, manifestó.

Piden evaluar que la indisciplina y el descontrol, no radica en las actividades nocturnas de restaurantes, bares y gastrobares. Zonas aglomeradas en espacios públicos, sin cumplimiento de medidas de bioseguridad son algunos de los temas que se presentan en jornada diurna y deben ser objeto de revisión.

También focalizar disposiciones de fiestas ilegales, reuniones familiares sin limitación de número, inclusive en espacios privados como fincas y casas de alquiler que hoy no tienen control alguno, mientras que las mira de las restricciones solo apunta a los establecimientos formales que, si cumplen con protocolos sanitarios, circulo vicioso en el que ya se ha cumplido un año, afirmó Sonia Martínez, trabajadora de un billar en la capital del Cesar.

En el municipio de Valledupar desde noviembre del año pasado se inició el plan piloto de reapertura de locales nocturnos, logrando alcanzar la reactivación, a corte de abril, de 132 bares, billares y estanco; mientras que 119 restaurantes.

Se logró una reactivación de al menos 250 empleos en los bares sin contar los restaurantes que se estiman 400 empleos, ya que ellos requieren de más personal para la prestación del servicio. Esto indica que el sector estaría dejando nuevamente a unas 650 personas sin empleos, ya que las actuales condiciones no permiten el desarrollo completo de la actividad y no se generan los ingresos para sostenerlos.

Para el 2019 se tenían activos 600 establecimientos bajo el código CIIU 5630 ”Expendio de bebidas embriagantes para el consumo dentro de los establecimientos”.